Por Isabel Bermejillo
Los testimonios mostraban optimismo, pero también desconfianza hacia las reacciones que el gobierno ha tenido en torno al tema de los normalistas, teniendo en cuenta que «Ayotzinapa fue la gota que derramó el vaso, destapando toda la violencia y corrupción de 85 años de un gobierno represor».
Aunque estas preguntas se hicieron antes de los actos violentos que ocurrieron al final de la manifestación, desde el principio se tenía claro que si las autoridades intervenían, sería de manera violenta y desmedida, por lo que hacían un llamado a que la marcha se mantuviera pacífica.